jueves, 20 de octubre de 2011

¡Pero no me multe!, crucé casi en amarillo. Avances en el sistema regional americano frente a la violencia doméstica e intrafamiliar

Human Rights Clinic
Jessica Lenahan (Gonzalez) Fuente: University of Miami School of law
Como queriendo justificar lo injustificable, muchos países (re)buscan excusas frente al incumplimiento de sus mismas leyes frente a la violencia doméstica, intrafamiliar y de género. Esta vez es el turno de EUA.

La reciente sentencia de admisibilidad de la CIDH en el caso Jessica Lenahan (antes J. Gonzales) v EUAque analiza y reconoce a la violencia contra las mujeres como una violación a los derechos fundamentales, se suma y redobla discusiones doctrinales relativas a si corresponde o no considerar a la violencia contra las mujeres como una forma de tortura y son muestras del fortalecimiento de la discusión regional frente a la violencia intrafamiliar y de género.

Desde hace años, son miles de organizaciones las que han luchado para visibilizar a la violencia doméstica e intrafamiliar, tanto cuando tiene como víctima a una mujer, a una persona menor de dieciocho años, a una persona adulta mayor, a una persona con discapacidad o a una persona que trabaja como personal doméstico. Y esta resolución es un poco un triunfo para todos estos y otros colectivos considerados en situación de vulnerabilidad. 

El cambio de paradigma para comprender que no se trata de un hecho del ámbito privado es un hueso duro de roer. A pesar de que lentamente se vaya reconociendo a la violencia intrafamiliar como un hecho de acción penal pública, existe aun una larga batalla cultural por pelear: contra esa cultura que considera que la mujer necesariamente debe estar subordinada a un hombre y que debe vivir "inventando excusas" para justificar golpes, depresión y moretones, porque si denuncia, ¿quién la va a cuidar?. Y en este desafío las mujeres no están solas, porque es la misma cultura que considera que una persona que es trabajadora doméstica puede ser maltratada porque "para eso se le paga"; la que considera que los niños, las niñas y adolescentes no entienden sin "una buena paliza".

La cultura de una sociedad no es algo que se pueda cambiar de un día para el otro, pero cuando las cosas demoran en cambiar muy a pesar de los cambios legislativos, siempre es bueno el susto que puede traer aparejada una medida ejemplar. Y en este caso se trata de eso. De lo que puede considerarse una medida ejemplar en la que el mismo Sistema Interamericano de protección, por medio de la admisión del caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dicta un precedente de suma importancia porque reconoce el fenómeno como uno de derechos humanos, e impone obligaciones al Estado, para proteger los derechos de las mujeres víctimas de la violencia doméstica. 

Ya se admitió la competencia de la CIDH para analizar la petición... ahora a apoyarla!

Acceda al análisis del caso por la Clínica de Derecho de la Universidad de Miami aquí

Acceda a la sentencia aquí


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