Mi abuela paterna decía que no podía pretender que alguien me tratara bien si no daba el ejemplo. Y me decía que aunque no me prestaran yo tenía que ser bueno y compartir mis cosas, y que así iba a ver como poco a poco cambiaban y empezaban a compartirme lo que yo quería. Si bien me lo decía al respecto de compartir golosinas y juguetes con mis hermanos, tenía razón.
En las últimas horas se desató un nuevo escándalo por un video en Internet en el que se ven cuatro personas vestidas como marines orinando sobre al menos lo que aparentan ser tres cadáveres. ¿No fue suficiente con quitarles la vida?
De ser cierto, y son marines y las personas muertas son talibanes o al menos afganos, se trataría de una muestra más de lo equivocado que es pretender difundir la paz y los derechos humanos por la fuerza, con armas y con personal muy mal calificado (por no decir bruto, y cuanto menos maleducado) es imposible. Desde los escándalos de las fotos trofeos, el descubrimiento de centros clandestinos de detención, de Guantánamo y los vuelos clandestinos, las torturas y tratos crueles en Abu Ghraib, entre tantos desastres políticos, parece ser que la esperanza de cambio ni siquiera es posible con un forzado premio nobel de la paz.
Mucho se debate al respecto de los métodos de formación de las fuerzas de seguridad y es muy poco lo que realmente sabemos sobre la capacidad intelectual y formación de quienes componen las fuerzas armadas. Y esto no es solamente un problema de Estados Unidos. Hace unos meses fue escándalo internacional el abuso sexual de soldados del cuerpo de paz uruguayo a un adolescente haitiano en medio de las tareas de reconstrucción de ese país y son varias las denuncias de soldados europeos en situaciones similares en África. La pregunta que debemos hacernos, además de la retórica tradicional de alcanzar la paz por la fuerza, tiene que ser ¿Cuánto de buen trato y derechos humanos realmente enseñamos a todas las personas responsables de hacer uso "proporcional" de esa fuerza?
¿Va a ser útil que se investigue si realmente son marines y se los sancione? Sí. ¿Fue útil la investigación de los casos anteriores que trajo como consecuencias sanciones a quienes resultaron culpables? Evidentemente no. ¿Es realmente posible pensar que se pueden acabar inmediatamente todas las incursiones de EEUU, la OTAN, y tantas otras militares y policiales para la reconstrucción social y de la paz en todo el mundo?. No. ¿Qué hacemos entonces? Particularmente creo que hay que utilizar la receta de la abuela y obligar (y no sólo recomendar) el cumplimiento de la resolución de las Naciones Unidas para que las fuerzas de seguridad y policiales adquieran formación en derechos humanos y protocolos claros al respecto del uso progresivo de la fuerza en todo el mundo.
Y de repente, si no nos aguantamos las ganas de orinar, al menos apuntamos al lugar correcto.
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